Al
momento de ingresar se nos solicito que formáramos una fila, con el propósito
de registrarnos y resguardar nuestras pertenencias.
Al
ingresar a la celda observamos que era muy diferente al contexto que se
presenta en la televisión; pues la puerta es totalmente metálica y el interior
se conformaba de cuatro bancas de concreto de metro y medio de largo
aproximadamente y una letrina. A esta última no se le da el uso correcto ya que
el piso y las paredes estaban impregnados de sustancias desagradables y
malolientes.
Debido
a las circunstancias antes mencionadas, la mayoría de los detenidos tenían que
estar de pie y agrupados en los pocos espacios que se encontraban menos sucios.
Sus ropas se mostraban sucias, rotas y en algunos casos desprendían olores de
tres o cuatro días sin recibir higiene personal. Al mismo tiempo sus rostros
mostraban desesperación, enojo, odio, angustia o mucha furia contenida. Sin mucho ánimo buscamos un lugar para
poder descansar ya que nos aguardaban muchas horas o quizás días de castigo.
A
pesar de que ya habían transcurrido unas
horas, Chucho continuaba bajo la
influencia del alcohol, lo que provocaba mi curiosidad por saber si sabía lo
que había hecho o si ubicaba el lugar dónde estábamos. Después de que lo interrogué
para disipar mis dudas Chucho solo me preguntó, “A que hora me dan mi cigarro”.
Al escuchar
esa respuesta preferí no hacer más larga la conversación; pues no nos llevaría
a ningún lado. Mientras aguardábamos en silencio, varias personas entraban y
salían del lugar. Muchos de ellos
llegaban siendo arrastrados por los policías, otros llegaban sin camisa y otros
sangrando.
Después
de haber pasado unas cuantas horas y ya entrada la mañana, uno de los guardias nos
habló y simplemente nos dijo: “Bueno como
ustedes no hicieron algo tan grave como para que amerite más tiempo de encierro
les voy a dar su salida”. Así que nos levantamos y salimos de la celda.
Cuando
regresamos a la oficina donde nos recogieron las pertenencias, el policía le
comento a chucho -¿sabes porqué los estoy dejando salir tan
rápido?-
Chucho
respondió -la verdad lo desconozco–
El
policía lo ve y le dice –por que a pesar
de que intentaste golpear a tu amigo y sin
tener la necesidad de estar aquí, no te ha dejado solo, ¡al contrario! te está
apoyando hasta en estos momentos. Los dejo salir antes para que le invites una
cerveza y le agradezcas de ser tu amigo ya que amigos como él muy pocos.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario